A medida que pasa el
tiempo cada vez es más difícil encontrar buenas películas de animación 3D, los
años de las grandes películas de animación en donde cada uno de los
lanzamientos era una gran película con una gran historia, quedaron en el
pasado; Toy Story, Bichos, Shrek, Monsters Inc., Antz (esta última por gusto personal),
todas fueron espectaculares películas, si, de esas que uno puede ver varias
veces y no se cansa de hacerlo, o si la vuelve a ver después de mucho tiempo
solo tendrá buenos recuerdos en su mente y una gran sonrisa en su rostro. Del
año 1995 al año 2000 se hicieron una por año (dos en 1998) mientras que en el
año 2012 se hicieron más de 15 esto en gran parte explica porque se ha hecho
tan difícil encontrar películas buenas en este género, la producción en masa,
si, la que ha acabado con todas las buenas ideas en cuanto a términos
cinematográficos se regfiere.
La película de la que
hablare en esta crítica: Wreck-it Ralph creo
que puede clasificarse entre las buenas, la película es el cuarto esfuerzo de
Disney por realizar sus propias películas de animación 3D de forma
independiente del conocido Pixar (La
familia del futuro (2007), Bolt
(2008), Enredados (2010)) y a mi forma
personal de ver, es la mejor de las cuatro, de hecho claramente cada una es
mucho mejor que la anterior. Wreck-it
Ralph es una película que a diferencia de todas las demás está pensada para
un público bastante general no solo un público infantil y femenino, algo
raramente hecho por Dinsey; poner en el tráiler a M. Bison, Scorpion, Zangief,
Bowser y uno de los fantasmas de Pac Man es hacer que un adulto que alguna vez
paso horas viéndolos a ellos frente a una pantalla quiera verlos de formas
diferentes, en 3D, actuando y conscientes de que son solo eso, personajes de
videojuegos y eso es lo más importante de esta película, Disney exploro un
mundo de los menos explorados (a excepción evidente de TRON) en el cine, los
videojuegos.
Los castillos son
consolas de videojuegos, el príncipe es un chiquitín con un martillo de oro que
repara todo lo que toca, la princesa es una heroína de acción con un pasado
tormentoso y el personaje gracioso es una tierna niña, que no solo tiene la voz
de la Chilindrina (María Antonieta de las Nieves) sino que está diseñada para
causar ternura total a su público y finalmente el villano, el villano que se
quiere volver héroe, el villano que es diferente, el villano que a pesar de ser
gigante causa más ternura que todos los seres que aparecen en la pantalla, el
villano que va en contra de una de las reglas del canon de Walt Disney (hay dos
mundos malos y buenos)
Mi gusto por esta
película radica principalmente en que boto a la basura la gran mayoría de los principios
canónicos del Señor Disney: Debe haber secuencias musicales que ayuden a darle
forma a la historia, el villano se revela desde el inicio de la historia, el
protagonista debe ser un ser inocente casi como una víctima de las
circunstancias. Wreck-it Ralph no es
nada de eso, no tiene secuencias musicales, la historia de “héroe” vs villano
aparece casi al final de la película aprovechando unos puntos de giros muy bien
hechos basados en pequeños detalles
de la misma película, algo bastante inusual en este tipo de películas y finalmente
no tenemos a un protagonista ingenuo y víctima de las circunstancias, tenemos a
un protagonista que busca las circunstancias, un personaje que busca sus
objetivos, que le da la espalda al mundo al que pertenece y a la etiqueta que
tiene en su frente de lo que es y cómo debería actuar. Un protagonista que no
es héroe ni villano solo es alguien que le dice a Disney y a toda la industria
animada: “Por favor entiendan que estamos en una nueva era, una era en donde
nosotros por más animados que seamos también podemos parecer humanos, como
todos los héroes de las películas actuales”
Como en todos los filmes para unos es agradable y para otros no tanto. Ralph, El demoledor desde mi perspectiva es una cinta de animación muy bien lograda, muy bien interpretada, con una soberbia animación y banda sonora, y con mucho humor, acción y emoción. No se la pierdan.
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