jueves, 31 de julio de 2014

Tierra en la lengua: Melancólico homenaje a los patriarcas colombianos) Dirección. Ruben Mendoza


Colombia es y seguirá siendo un país de tradiciones, un país que mientras se construía piedra por piedra iba dejando a su paso historias, personas, anécdotas y costumbres que aunque ignoradas por los libros y demás documentos escritos es casi imposible ignorarlas del corazón y la memoria de los colombianos.

Una de estas historias es la que narra Tierra en la lengua, la historia de Don Silvio, patriarca de los llanos colombianos que sobre si lleva cargado el machismo, la experiencia, la soledad y la terquedad que funcionan como su arsenal de armas para poder ejercer (o creer que lo hace) todo el poder y la autoridad que alguna vez cuando su cuerpo y su mente eran más fuertes. 


Don Silvio quien hace una batalla final contra su propia vida, no en búsqueda de sobrevivir sino en búsqueda de dejar algo tras ella, tiene como sus únicos secuaces a sus dos jóvenes nietos quienes claramente representan el lado contrario de la vida, representan una tierra nueva que no florece sobre la tierra muerta que esta totalmente plagada con la sangre de Don Silvio. 

Una lucha de intereses generacionales entre Don Silvio y sus nietos que no solo confrontan el pasado y el presente sino también lo racional contra lo místico, es lo que le da cuerpo a esta la más reciente película del director de La Sociedad del Semáforo, Rubén Mendoza. En donde la agonía de la vida y el desperdicio de esta quedan evidenciadas minuto a minuto durante toda la película, siempre dejando interrogantes bajo los pies de los personajes. ¿Qué se hizo mal?, ¿Qué se hizo bien?

Sin necesidad de contar con un inicio, un nudo y un desenlacé representativo dentro de la obra, Rubén Mendoza nos llena de una fotografía impresionante bañada de unos paisajes llaneros hechos para ser fotografiados, de unas actuaciones naturales que no desmayan en ningún segundo y de unos personajes que se evalúan a si mismo constantemente, sacando a la luz de manera inconsciente sus propias debilidades y dudas frente a la vida. Pero que finalmente llenan a la audiencia de los mismos interrogantes y poco a poco sucumben a la presión quelos desenmascara y los muestra como sus partes más débiles. 


Una gran película colombiana sin ninguna duda, un homenaje a las tierras colombianas, a su gente, a sus historias y a los olvidados, a el valor de la vida y mucho más a el de la muerte, un espectáculo visual y teatral constante, y como la misma película lo dice un homenaje a nuestros patriarcas, incomprendidos pero sobretodo desconocidos.







miércoles, 30 de abril de 2014

Ciudad Delirio, la cali salsera vista con ojos españoles. Director: Chus Gutiérrez


El último gran proyecto cinematográfico colombiano (omitiendo por completo Nos vamos pal mundial la cual pienso evadir) se llama Ciudad Delirio una película sobre Cali la capital mundial de la salsa, sobre su gente, sobre su cultura, sobre la salsa. Chus Gutiérrez directora de cine española con una hoja de vida de 8 largometrajes y más de 10 de cortometrajes se arriesga en esta oportunidad a hacer una película fuera de su patria y da nacimiento a una obra que oscila entre un respeto y admiración por la cultura salsera en Colombia y una mirada curiosa y sorprendida de una España que todavía se considera "primer mundo"hacia una Colombia folclórica representada en la ciudad de Cali en donde todos los problemas mientras no sean económicos son olvidados.


La historia de Ciudad Delirio no se aleja de cualquier comedia romántica americana que se haya visto en un domingo de aburrimiento, en donde un hombre y una mujer que se conocen en un momento fugaz y pasajero de sus vidas quedan perdidamente enamorados el uno del otro pero durante hora y media tendrán que luchar con todo tipo de confusiones y situaciones que hacen pensar que es imposible que terminen juntos. Alrededor de la pareja principal un montón de personajes secundarios que se encargan de llenar la pantalla de estereotipos humorísticos y de pequeñas anécdotas relleno e inconclusas que permiten que la película no sólo se salve de caer en el aburrimiento sino de que cumpla con sus 100 minutos de duración de forma adecuada. El amigo gay, la tía imprudente, los ex esposos antagonistas que no tienen nada bueno, la hija graciosa y el adolescente conflictivo.


Las intenciones de comedia de la película resultan favorables siempre y cuando no sea por medio de la ridiculización de los personajes como sucede con el protagonista Javier (Julián Villagrán) personaje español que en la película deja su nativa España y escoge Cali (ciudad que conoció brevemente por razones laborales) como el lugar para olvidar su reciente, inexplicable e inconclusa separación matrimonial y de paso encontrar el amor y que tiene como única herramienta para hacer reír a la audiencia expresiones y movimientos "payasescos" sobre todo cuando trata de demostrar y convencer lo malo que es bailando salsa. Por otro lado otros personajes como la protagonista Angie (Carolina Ramírez) su ex esposo William (John Alex Castillo) y su papá "Vaso de leche"(Jorge Herrera) se encargan de dar buenas, graciosas y apropiadas interpretaciones tal vez porque como caleños que son se ven muy bien haciendo de personajes clásicos de la idiosincracia de esta ciudad y en el caso de John Alex Castillo  su medido y divertido personaje, sin exageraciones ni humor forzado como ocurre con todos los demás, se convierte casi en el único personaje de la película que uno quiere ver todo el tiempo en pantalla incluso por encima de los protagonistas.


Un aporte valido al cine colombiano por parte de una directora española teniendo en cuenta la carencia que hay de cine musical en el país, a pesar del enorme significado que tiene para nosotros como colombianos la música, con todo y su enorme variedad. Sin embargo a pesar de eso la película no va más allá de una exposición tipo "esta es la Latinoamérica salsera" para el publico español, no solo por lo absurdamente básica y a veces inconclusa que resulta su historia sino por que en ningún momento la película deja de parecer un experimento para hacer que el personaje español Javier encaje en todo ese micro mundo de la salsa que tan bien se mueve en Cali. Razón por la cual me pregunto una vez más (como me ha pasado con todas y cada una de las adaptaciones fílmicas de los libros de Gabriel García Márquez) por qué estas historias que giran al rededor de las raíces culturales colombianas no son dirigidas por alguien colombiano que pertenezca a ese mundo que se quiere mostrar y lo pueda poner de una forma más apropiada frente a una cámara.








sábado, 19 de abril de 2014

Noé e Hijo de Dios: Una crítica cristiana.





Semana Santa como siempre se ha dicho es (o solía ser) una época de reflexión, de oración y en gran manera época de películas bíblicas. Estas películas a veces controversiales y muchas veces aburridas resultan tan necesarias como las películas navideñas en diciembre o las películas de terror en octubre, por esta razón cada drama bíblico con un gran lanzamiento en las salas de cine se convierte casi de forma automáticamente en un hit de taquilla. Esta no fue la excepción de La Pasión de Cristo que en 2004 solo fue superada en recaudación de taquilla sólo por Shrek 2 y Spiderman 2 (dato wikipediay por supuesto tampoco ha sido la excepción de Noé e Hijo de Dios las dos películas de las que hablaré en esta entrada que en este momento se encuentran en las posiciones 8 y 11 de la taquilla del año.

Estas dos películas que a pesar de ser ambas dramas bíblicos resultan muy diferentes entre si, con orígenes y formas de realización muy diferentes y por supuesto con una búsqueda de un público muy diferente. Dos ideas totalmente contrarias que apuntan a un mismo punto exponiendo la complejidad de las leyes bíblicas y los planes superiores de Dios.






Hijo de Dios. (Director: Christopher Spencer)

Nacida de los recortes de los últimos 5 capítulos de la miniserie de History Channel La Biblia, Hijo de Dios se convierte en un intento fallido de condensar una historia de 6 horas en 2 horas y 20 minutos en los que tristemente la película se convierte en una especie de "Jesucristo para Dummies" dejando la narración de la primera mitad de la película en manos de unos cuantos eventos (los más famosos) de la vida del sonriente Jesús interpretado por Diogo Morgado que en ocasiones luce más como Brad Pitt que como el judío que era Jesús, la escena del Sermon del Monte se convierte en la escena mejor elaborada de la primera mitad de la película por la interesante interpretación que hay de cómo pudo haber ocurrido este hecho sin embargo no se dejan de omitir escenas importantes de la historia de Jesús como la de su tentación por parte del diablo en el desierto (que ridículamente fue omitida por el parecido entre el actor que interpreto al diablo en la serie y el presidente Barack Obama) y le dan una carga de aburrimiento a momentos claves como el de la última cena.


Los diálogos de Jesús se limitan a frases de una línea tomadas de La Biblia, de manera que toda la carga narrativa de la película recae sobre los personajes secundarios (que si tienen diálogos extensos, como si a Jesús no se los pudieran poner) sobre todo a los "villanos" Caifás y Poncio Pilato que a diferencia de los apóstoles parecen creerse sus papeles y como nunca en una película de Jesús dan un acercamiento al universo político que se movía alrededor de la crucifixión de Jesús y que siempre ha sido pasado por encima.

Afortunadamente después de la primera mitad, nos encontramos con las escenas de la crucifixión y la tortura de Jesús, las cuales se vuelven atractivas por el buen manejo de cámara que tiene y la credibilidad que transmite sin llegar a los extremos enfermizos de Mel Gibson. 



Noé. (Director: Darren Aronofsky)

Al igual que otras películas anteriores del director Darren Aronofsky (Requiem for a Dream, El cisne negro, The Wrestler) Noé relata la historia de un protagonista obsesivo, en este caso por la obediencia. Basado en la famosa historia de Noé de La Biblia, (que no cubre más de cuatro páginas), Aronofsky realiza una obra épica 2 horas y 20 minutos. Sin esperar en ningún momento una adaptación literal del pasaje bíblico (que sería un simple cortometraje) y teniendo claro lo necesario que resulta en este caso agregar elementos a la historia para colmar su brevedad, enriquecer la película y darle una mayor complejidad, como la historia de la creación, el crimen de Caín e incluso los conflictos familiares y personales de la familia de Noé. Estos elementos resultan ser claves para la historia y ayudan tanto a la progresión de esta que incluso en muchos momentos se vuelven más importantes que la misma arca y los animales que hay dentro de ella.


Sin embargo, estos elementos extras en la película cargan en algunos momentos la película de simbolismos innecesarios y poco convincentes. Ángeles caídos que se convierten en hombres roca gigantes más dignos de La historia sin fin, personajes ancianos con poderes mágicos, elementos de color oro con propiedades mágicas que inundan la pantalla y sobre todo la exageración (también simbólica) de los vestuarios y utensilios anacrónicos que van desde máscaras fotosensibles, telas con encaje, pistolas de fulminantes y un largo etcétera en los vestuarios de cada uno de los personajes que aparecen en pantalla. 

Todos estos elementos convierten sobre todo la primera parte de la película en un drama fantástico que se trate o no de una obra de ficción resulta poco creíble y se complementa con una saturación de efectos que desde el primer minuto cuando sale la serpiente que tentó a Adan lucen poco reales. Esa primera parte de la película termina con una pelea "épica" que a pesar de iniciar al estilo de batalla del Señor de los anillos con legiones gigantes luchando entre sí, se vuelve una batalla digna de un héroe de acción de los años 80 con un  Russell Crowe convertido en un guerrero indestructible que puede pelear solo son ninguna razón con grupos de 40 personas.  La segunda parte de la película sostiene todo el valor que la película tiene y le da a Aronofsky la oportunidad de mostrar sus tremendas habilidades como director principalmente de historias psicológicas, no sólo porque por fin estamos ubicados en un universo creíble sin exageraciones mágicas, sino por el dilema moral que se plantea alrededor de la idea del diluvio como elemento destructor no de la creación pero si de la raza humana y como esta idea afecta a los pasajeros humanos del arca, convirtiéndolos en víctimas de sus propios impulsos humanos que se debaten entre lo correcto y lo incorrecto y dan como resultado a un protagonista convertido en antagonista sin querer serlo que de la mejor manera posible sólo obedece a sus instintos reflejados en obediencia y obsesión. 




Estas dos películas aunque tratan de convertirse en el nuevo aire del cine bíblico (junto con Exodus que se lanzará en Diciembre en Estados Unidos) a mi modo de ver resultan simplemente como experimentos ya sea comerciales o personales pero que tristemente no tienen valores agregados dignos de ser recordados constantemente que hagan sentir o convertir las historias en clásicos.  Probablemente tienen la fortuna de revivir cada año en semana santa por la televisión. Sin embargo todavía creo que se pueden hacer películas bíblicas de calidad narrativa, visual, actoral e incluso comercial como lo fue la super clásica Ben-Hur del año 1959, pero este no fue el caso ni de Hijo de Dios ni de Noé.



domingo, 2 de marzo de 2014

12 años de esclavitud: Una nueva película sobre el racismo en Estados Unidos (Dirección: Steve McQueen)


12 años de esclavitud, una de las películas favoritas del año, quiere, al parecer, ser el retrato más realista y más cercano que se ha hecho sobre el gran dilema de la esclavitud en Estados Unidos en la historia del cine. Steve McQueen, director británico, director afrodescendiente, director que hasta el momento era controversial y no precisamente moralmente correcto, pero que encuentra en esta película (la que ya se puede llamar su obra más exitosa hasta le fecha) su cambio de óptica y prefiere mirar esta hacia el publico comercial que poco o nada le interesa o sabe sobre su pasado y su nombre en el cine. Hunger y Shame sus dos primeras películas fueron las encargadas de llenarlo de respeto, reconocimiento y muchos premios de festivales de cine. Ese Steve McQueen ya no existe ahora estamos frente un hombre que hizo una película sobre la esclavitud de Estados Unidos, una película que espera conmocionar y sensibilizar a las cientos de personas que se acerquen a ella.  


Omitiendo a Django Unchained la película más seria, más dura y más impactante sobre la esclavitud que se ha hecho hasta ahora, creo que 12 años de esclavitud es sin duda la mejor película que se ha hecho sobre el tema ya que en realidad se trata de una muy buena película, se trata de una película que conmueve y que sabe entrar muy bien en los intereses e ideas de sus personajes. Es difícil que esto no suceda cuando el principal peso de la película recae sus personajes (muy bien interpretados por grandes actores) los cuales a pesar de sus constantes evaluaciones morales logran convertirse en seres amados u odiados desde que aparecen en pantalla, esto en parte a que el trabajo se facilita al poner en pantalla a malos bien malos y buenos bien buenos. 


Chiwetel Ejiofor actor que anteriormente había hecho papeles secundarios de poco reconocimiento, aquí hace su papel de la vida (o por lo menos el más importante hasta la fecha) como Solomon Northup afroamericano libre que es secuestrado y vendido como esclavo, solo para mantener en orden y movimiento el productivo mercado de esclavos. Él, aunque no sea un héroe carismático caracteriza sin duda un guerrero que lucha por sus ideales con la única arma que tiene: su resistencia y mientras lo hace nos entrega sin duda una de las mejores actuaciones del año, de esas que no necesitan exagerar, ni magnificar nada, sino simplemente entregar la sinceridad de un personaje que no tiene más opción que guardar sus sentimientos por temor a las consecuencias de sacarlos a flote. Junto a Chiwetel encontramos a Michael Fassbender una de las grandes estrellas de la actualidad que aquí en su molesta dualidad moral entre sádico castigador de esclavos e hijo obediente de la palabra de Dios se convierte sin duda en el gran villano de la película. Junto a ellos dos encontramos a Lupita Nyong'o quien interpreta a la compañera esclava de Solomon Patsey y nos entrega una actuación desgarradora e igual o incluso más conmovedora que la de Chiwetel y a otros actores con papeles menores y a mi forma de ver igualmente polarizados y poco profundos como Paul Dano (como un vigilante de esclavos malo), Benedict Cumberbatch  (como un terrateniente bueno) y Paul Giammatti (como un comerciante de esclavos malo) y Brad Pitt (como un obrero constructor canadiense demasiado bueno)


En cuanto a la forma creo que no es necesario decir que la película resalta por una bella fotografía, una bien cuidada escenografía y decoración y vestuario porque es lo que se acostumbra en este tipo de películas, impresionante el maquillaje utilizado para mostrar la brutalidad de los latigazos que reciben los esclavos. Sin embargo no es una película que sorprenda en cuanto a su narración, casi en un 90% una película lineal, con un final que entrega lo que se promete desde el comienzo porque claramente es una de esas películas predecibles. 

Es sin duda una gran película, pero no es ni la mejor película de la temporada de premios, ni es de esas películas que le hacen justicia al cine con lenguajes audiovisuales diferentes o una historia que sorprenda. Es una bonita historia contada de la manera tradicional y que tal vez ya se haya visto en otras películas (una persona capturada a pesar de ser inocente y durante toda la película intentara demostrar su inocencia), de todas manera toda historia que nos hable de este vergonzoso pasado americano censurado por tantos años siempre sera más que bienvenido.


Calificación. Solomon Northup: Si hay algo mal, son sus instrucciones.


jueves, 27 de febrero de 2014

Philomena: Investigación periodística dramático comica. (Dirección: Stephen Frears)


Anteriormente (hace un año) había hablado de la recurrente costumbre de los premios oscar por poner una "comedia dramática" entre sus nominados a mejor película cada año y aunque jamás he dicho que no sean buenas películas y casi siempre gozan de buenos y originales guiones, siempre he pensado que de cierta forma son películas que sobran entre esos nominados, que por muy buenos guiones que tenga no llegan a ser algo relacionado con "mejor película", sin embargo este año con Philomena a mi forma de ver tenemos la excepción. Para empezar gran parte de mi sorpresa por esta película se debe a su director Stephen Frears, un director que hasta el momento poco me llamaba la atención y las películas que he visto dirigidas por el me han resultado (incluso su altamente respetada película La reina) obras aburridas y lentas, especialmente Mrs. Henderson presenta. Sin embargo a pesar de las negativas expectativas que tenia con Philomena he logrado sorprenderme por la calidad de la historia, por la genial forma de contarla, por el buen guion y sus geniales diálogos y por supuesto por sus buenas actuaciones. 


En los años 50 una joven adolescente llamada Philomena debido a su inocencia e ignorancia queda embarazada luego de un encuentro pasional con un joven en una feria, debido a esto es enviada por su padre a un convento para que sean las monjas las que decidan que hacer con ella, la solución es esperar a que tenga su bebe, después arrebatárselo y darlo en adopción, tal y como lo hacían con decenas de niñas que llegaban con el mismo problema, 50 años después de haber ocultado la historia Philomena la quiere contar y quiere de alguna forma saber el paradero de su desaparecida hija. 


Una historia triste y dramática no debería ir más allá de ser una obra melodramática, desde sus primeros segundos la película promete ser una de esas películas en donde las lagrimas y la nostalgia abundan, o por lo menos así parece hasta que sus personajes principales Philomena (Judi Dench) y Martin (Steve Coogan) empiezan a hablar. Afortunadamente para el cine esta película conjuga dos de las mejores y más inteligentes actuaciones de este año junto con unos diálogos que enorgullecerían al mismo Woody Allen si fueran obra suya.

Judi Dench personifica uno de sus lados más tiernos e inocentes en toda su carrera, Philomena es al mismo tiempo, ternura, compasión, catolicismo y libre pensamiento (por contradictorio que suene) mientras Steve Coogan el periodista que ayudara a Philomena a encontrar a su hijo personifica la razón y la justicia; ambos pondrán en pantalla una de las mejores parejas (no románticas) de la historia del cine y constantemente durante la hora y cuarenta minutos de duración de la película nos llenaran de risas y lagrimas con esos diálogos que oscilan en cuestiones de segundos entre la comedia más fina y más inteligente a el drama y la tragedia dignos de una película sobre una mujer a la que le arrebataron si hijo.


Una espectacular comedia, una triste historia que no se acerca a una historia esperanzadora, unas impecables actuaciones en pantalla, una historia muy bien contada pero sobretodo una directa y dolorosa crítica a la iglesia católica, de esas que esgrimen la espada sin miedo y que nos deja al descubierto uno de tantos misterios de esta gran institución que deberíamos conocer.


Calificación. Philomena: Martin creo que debemos contar esta historia.


sábado, 1 de febrero de 2014

The Broken Circle Breakdown (El circulo del amor se rompe): Una historia de amor con banjos y tatuajes. Director: Felix Van Groeningen


Encontrarnos con The Broken Circle Breakdown es encontrarnos con una típica historia de amor, una de esas que tienen éxitos y fracasos, una de esas en las que a un hombre y a una mujer parece que estuvieran destinados a luchar por su amor y a sufrir por el, es verdad, no es nada diferente a lo que ya se haya visto, pero The Broken Circle Breakdown tiene dos grandes razones para hacer de esta historia de amor una experiencia totalmente diferente, las razones son sus dos protagonistas Elise y Didier.


Elise y Didier representan una pareja que al parecer se sale de lo acostumbrado, él, un vaquero que a pesar de su nacionalidad belga tiene una extraña afición por Estados Unidos y la música country, ella una joven aficionada a los tatuajes que muestra constantemente un respeto por un mundo espiritual que ni siquiera entiende. Los dos toman las riendas de una relación a veces destructiva, a veces esperanzadora en donde por cuestiones obvias ella toma el papel de los sentimientos y él el papel del sentido común.


Evidentemente se trata de una película en donde el amor toma protagonismo a lo largo de 8 años en la vida de Elise y Didier y es gracias a la narración no lineal de la película que en ningún momento nos enfrentamos a otra historia de amor cursi e incluso fantástica para muchas personas (consultar películas escritas por Nicholas Sparks) sino que al contrario la película permite que otros elementos que son dignos de una historia de amor como la pasión, las discusiones, las amistades, los grandes fracasos y por supuesto la inmensa y constante simbología que rodea las aficiones de los protagonistas como los tatuajes de Elise y la espectacular música country de Didier (que incluso dan ganas de tenerla en el playlist del iPod) también hagan parte de la historia.  


La película funciona de principio a fin y sin duda nos deja entrar de manera positiva en la vida de sus protagonistas a pesar de que en momentos se le quiere dar más importancia a temas irrelevantes principalmente relacionadas con el gobierno estadounidense, el clero y las células madre, que a pesar de ser una excusa para pasar a temas más importantes simplemente quedan sin ninguna conclusión alguna.

Una buena excusa para ver cine belga, para dejarnos llevar por esta historia, para disfrutar buena música y buenas actuaciones y para sufrir y reír con Didier y Elise

Calificación: Un tatuaje difícil de borrar.






viernes, 31 de enero de 2014

The Wolf of Wall Street (El lobo de Wall Street): Otra película de gangsters por Scorsese pero estos son de cuello blanco.


Martin Scorsese es un genio del cine que le a traído a este mundo tantos éxitos cinematográficos que en momentos resulta difícil pensar que puede traer algo nuevo y diferente (y mucho más difícil  si tiene en cuenta que casi nadie en el Hollywood actual lo hace), sin embargo todas sus películas han demostrado que tal vez no haya nada que detenga a este hombre ya que no es fácil creer que obras como Hugo, La Isla Siniestra y Los Infiltrados sean proyectos de una misma persona. Por supuesto su más reciente película El Lobo de Wall Street no es la excepción, a sus 71 años el director italoamericano realiza la película más retorcida que se le haya podido ocurrir sin embargo en medio de todo eso el director nos trae una de las evaluaciones morales de la sociedad más complejas hasta hoy en día. 

Jordan Belfort se llama el protagonista de esta película, un personaje que casi desde los primeros minutos hace olvidar quien es Leonardo Dicaprio y deja claro porque tal vez es su mejor papel hasta la fecha (a pesar de lo bien que estuvo en El Gran Gatsby), Jordan es el puro retrato del ladrón de cuello blanco, de la vida de lujos y de excesos, del poder monetario y de la clase alta (que como ya lo había dicho anteriormente parece el tipo de papel mas adecuado para Dicaprio), llevado hacia el más controversial y excesivo extremo, un hombre que se cobija con la adicción al dinero, que no tiene límites, que no tiene miedos ni tabúes y que por supuesto tiene carisma de sobra.


Resulta complicado entender que se trate de una película seria y dramática sobre la vida real de alguien cuando un 70% de la película se encarga de mostrar la vida excesiva de Belfort y compañía (sobre todo el siempre gracioso Jonah Hill que con este papel extrañamente logra más nominaciones al Oscar que Gary Oldman y Robert Redford), sus recurrentes orgías en la oficina, sus bacanales de drogas, sexo, fiesta y dinero; no es nada fácil hacer entender que lo que se está viendo pasaba en la vida real, que esos señores bien vestidos con autos de lujo y hermosas esposas, en el fondo eran (o son) en realidad esta especie de depravados y drogadictos que nos muestra Scorsese, estos hombres que en realidad no se toman la vida tan en serio exceptuando cuando de conseguir dinero se trata; a pesar de esto no creo que haya otra forma más racional y moral para mostrar y hacer entender la complejidad de la vida de estas personas y mucho más si se tiene en cuenta que hasta el momento no ha habido ninguna película, ni serie de televisión sobre mafiosos (ni siquiera las de los mafiosos colombianos) con tanto contenido sexual y drogadicción lo que hace pensar por momentos que los ladrones de Wall Street resultan con mentes más retorcidas que las de Pablo Escobar, Tony Soprano, Nucky Thompson o incluso otros personajes de Scorsese como Henry Hill o Frank Costello.


La película navega entra una ensalada de géneros que afortunadamente y gracias de nuevo a la genialidad de Scorsese en ningún momento se llegan a acercar a el drama trágico acostumbrado en las películas biográficas, con algunas escenas de comedia dignas de películas como ¿Qué paso ayer? que incluso se le verían mejor a Zach Galifianakis que a Leonardo Dicaprio pero que no le quitan encanto a la película, algunos diálogos geniales con buenas cargas de humor negro que sobrepasan casi todos los diálogos en las obras de Scorsese, escenas dramáticas que no vuelven la película cursi y por supuesto actuaciones impresionantes sobre todo de sus tres protagonistas Dicaprio, Jonah Hill y Margot Robbie quien interpreta a la esposa del lobo (Scorsese).


Una película que no intenta dar valores morales, ni moralejas, que no intenta ni volver heroe ni villano a nadie, que no tiene buenos ni malos ni correctos o incorrectos, que a pesar de su sobredosis de sexo visual, de que quedo ubicada como la película en donde la palabra "fuck" se utiliza mayor número de veces en una película y de que su duración sobrepasa un poco más de las tres horas, pero que a pesar de todo esto muestra a profundidad el desdichado y poco explorado cinematógraficamente mundo del wall street, saca lo mejor y lo peor de sus personajes y sin ninguna duda nos enseña porque Scorsese  es un genio, que no le queda grande nada y por supuesto que siempre hay maneras diferentes para contar las historias.

Calificación: El lobo también vendió esta película.